jueves, 2 de mayo de 2013

Reseña 'Los Años Perdidos'



    Sin sorpresas en la fórmula mundialmente conocida en esta nueva novela de la indiscutible reina del suspense desde la maravillosa Ágatha Christie.
      Escrita de forma dinámica, con capítulos cortos, prosa sencilla y un puñado de personajes que hacen fluir la novela de forma rápida.

    Comienza con el funeral de Jonathan Lyons, el padre de nuestra protagonista, Mariah Lyons, de veintiocho años y corredora de inversiones en Manhattan.
  Su madre, Kathleen Lyons, será la primera acusada en firme del asesinato de su padre. Ésta está al cuidado de Betty Pierce, el ama de llaves y Rory Steiger, la enfermera y cuidadora de noche en su casa de un pequeño pueblo de New Jersey.
  Los detectives asignados al caso son Simon Benet, de cuarenta y cinco años, y la detective Rita Rodríguez, de casi cuarenta y de origen hispano.
  Mariah les habla sobre las amistades de su padre. Su círculo de confianza, formado por Richard Callahan, Charles Michaelson, Albert West, Greg Pearson y la arqueóloga y amante de su padre, Lillian Stewart.
  Richard es un profesor de la Universidad de Forham especializado en estudios bíblicos. Charles y Albert también son profesores. Greg es un hombre de negocios, propietario de una compañía informática.
        Conforme avanza la investigación, se va conociendo la trama y las relaciones entre los distintos personajes.
  Mariah y Greg han salido juntos un par de veces en el pasado. Él está muy interesado en ella aunque a Mariah le interesa más la compañía de Richard.
  Richard prefiere la compañía de Lillian, o eso parece.
  Charles es el elegido para pasar por el acompañante de Lillian y encubrir así la aventura que mantiene con Jonathan antes de su muerte.
  Alvirah Meehan y Willy hacen su aparición una vez más. Conocieron a Jonathan y a Lillian en un crucero y luego conocieron también a la familia, a Kathleen y a Mariah, tras saber la relación de infidelidad y la enfermedad de Kathleen.
  Lloyd Scott y su esposa, vecinos de los Lyons, que se encontraban de vacaciones mientras asaltaban su vivienda y a su vuelta, Lloyd, de profesión abogado, ejerce en defensa de Kathleen. 
       Unos sucesos que dan un giro a la historia y un final feliz, como nos tiene acostumbrados.

       No es, ni de lejos, la mejor novela de la escritora aunque se deja leer.
TIENE ALGO... ¡QUE NO ENCONTRAMOS!

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