Andaba el lobo muy hambriento y ya no sabía qué hacer para
coger algún animal para comérselo. Y por ahí se encuentra con la zorra y le
dice:
-Oiga usted, señora zorra, que me la voy a comer.
Y la zorra le dijo:
-Pero mire usted que estoy muy flaca. No soy más que
huesos y pellejos.
-No, que usted estaba muy gordita el pasado año.
-El año pasado sí que estaba gordita, pero ahora tengo
que darles de mamar a mis cuatro zorritos y apenas hallo bastante para crear
leche para ellos.
-¡Que no me importa! -dijo el lobo.
Iba a darle la primera mordida, cuando la zorra le
dijo:
-Deténgase usted, por Dios, señor lobo. Mire que yo sé
dónde vive un señor que tiene un pozo lleno de quesos.
Y se fueron la zorra y el lobo a buscar los quesos. Y
llegaron a una casa y pasaron unas tapias y llegaron ante el pozo, y la Luna se
reflejaba en el agua y parecía un queso. Y se asomó la zorra y volvió y le dijo
al lobo:
-¡Ay, amigo lobo, que el queso es grandón! Mire,
asómese usted.
Y se asomó el lobo y vio la Luna y creyó que era un
queso grandón. Pero el lobo sospechoso le dijo a la zorra:
-Pues bueno, amiga zorra, entre usted por el queso.
Y la zorra se metió en uno de los cubos y entró por el
queso. Y desde abajo le gritaba al lobo:
-¡Ay, amigo lobo! ¡Que grandón está el queso! ¡No puedo
con él! Venga usted a ayudarme a subirlo.
-Pero no puedo yo entrar -decía el lobo-. ¿Cómo voy yo
a entrar? Súbalo usted sola.
-Y la zorra le dijo:
-Pero no sea usted torpe. Métase en el otro cubo y verá
como así entra fácilmente.
Y se metió la zorra entonces en el cubo en que había
bajado. Y el lobo se metió en el otro cubo y, como pesaba más, se deslizó para
abajo y la zorra subió para arriba. Y ahí se quedó el lobo buscando el queso, y
la zorra se fue muy contenta a ver a sus zorritos.
¿Os ha gustado este cuento? ¿Qué moraleja habéis aprendido con él?
Muy bueno, el cuento. Si es que hay que ser mas listo que el hambre... de los demas jajaja.
ResponderEliminarSaludos