Una novela negra para comenzar la vuelta de vacaciones.
Sara Sebastiansson ha perdido a su hija Lilian en un vagón de tren cuando están a punto de llegar a la estación de Estocolmo.
El revisor, encargado de cortar los tickets y de la seguridad en el tren, se culpa. Los detectives Fredrika Bergman, Alex Recht y Peder Rydh son los encargados del caso.
Peder y Alex, pese a la edad que los separa, tienen madera de policía. Al contrario de lo que piensan sobre nuestra protagonista femenina la detective Bergman, que según ellos es una rata de escritorio. No tiene ningún valor para el trabajo de campo.
Fredrika Bergman tiene 34 años y comparte su vida íntima con un amante varios años mayor que ella al que conoció en la universidad y fue uno de sus profesores. Está casado pero eso no ha sido ningún impedimento para ambos. Tiene el cabello largo y oscuro que recoje en una trenza central y los ojos claros que le dan un aire melancólico.
Es reservada y le resulta imposible conectar con sus compañeros de trabajo como lo hace con sus amistades.
Su compañero Peder está casado con Ylva pero su matrimonio sufrió una grave crisis cuando su mujer tuvo depresión post-parto al dar a luz a sus mellizas. Algo que le ha costado más de un año de paciencia y sin sexo lo que lo ha llevado a buscarlo fuera del hogar con una ex-compañera de trabajo llamada Ana.
Algo que Ellen, otra actual compañera del grupo de Alex, no ve con buenos ojos. Pero ella tiene su propio lio sentimental. Madre soltera de un niño, está liada sentimentalmente con un hombre tan atractivo como misterioso llamado Carl que la llama cuando viene a la ciudad una vez por semana (a veces más) para cenar y tener sexo en su habitación de hotel. Ella quiere más relación y él no.
Por otro lado tenemos a Alex, entre otros miembros menos destacados, que es el lider al que le cuesta confiar en el criterio de la gente más joven. Casado felizmente y con dos hijos. Uno con el cual tienen problemas familiares. Y queda muy afectado con el caso del secuestro de la pequeña Lilian.
Por todo ello, el grupo de trabajo de Alex Reicht es un grupo distante y muy ensimismado. Apenas interactúan unos con otros y cuando lo hacen es meramente por trabajo y de mala gana.
Cerca del último tercio del libro creen haber averiguado quién es el secuestrador. Pero el caso se complica cuando ocurre otro giro inesperado.
Lo bueno es que la escritora introduce rápidamente a los personajes mediante capítulos cortos.
Me han faltado más detalles del asesino. Más interacciones de unos compañeros con otros. Un grupo de trabajo muy discernido. Cada uno sumido en sus pensamientos. Sin visión de conjunto.
Sara Sebastiansson ha perdido a su hija Lilian en un vagón de tren cuando están a punto de llegar a la estación de Estocolmo.
El revisor, encargado de cortar los tickets y de la seguridad en el tren, se culpa. Los detectives Fredrika Bergman, Alex Recht y Peder Rydh son los encargados del caso.
Peder y Alex, pese a la edad que los separa, tienen madera de policía. Al contrario de lo que piensan sobre nuestra protagonista femenina la detective Bergman, que según ellos es una rata de escritorio. No tiene ningún valor para el trabajo de campo.
Fredrika Bergman tiene 34 años y comparte su vida íntima con un amante varios años mayor que ella al que conoció en la universidad y fue uno de sus profesores. Está casado pero eso no ha sido ningún impedimento para ambos. Tiene el cabello largo y oscuro que recoje en una trenza central y los ojos claros que le dan un aire melancólico.
Es reservada y le resulta imposible conectar con sus compañeros de trabajo como lo hace con sus amistades.
Aspecto similar a nuestra protagonista |
Su compañero Peder está casado con Ylva pero su matrimonio sufrió una grave crisis cuando su mujer tuvo depresión post-parto al dar a luz a sus mellizas. Algo que le ha costado más de un año de paciencia y sin sexo lo que lo ha llevado a buscarlo fuera del hogar con una ex-compañera de trabajo llamada Ana.
Algo que Ellen, otra actual compañera del grupo de Alex, no ve con buenos ojos. Pero ella tiene su propio lio sentimental. Madre soltera de un niño, está liada sentimentalmente con un hombre tan atractivo como misterioso llamado Carl que la llama cuando viene a la ciudad una vez por semana (a veces más) para cenar y tener sexo en su habitación de hotel. Ella quiere más relación y él no.
Por otro lado tenemos a Alex, entre otros miembros menos destacados, que es el lider al que le cuesta confiar en el criterio de la gente más joven. Casado felizmente y con dos hijos. Uno con el cual tienen problemas familiares. Y queda muy afectado con el caso del secuestro de la pequeña Lilian.
Por todo ello, el grupo de trabajo de Alex Reicht es un grupo distante y muy ensimismado. Apenas interactúan unos con otros y cuando lo hacen es meramente por trabajo y de mala gana.
Cerca del último tercio del libro creen haber averiguado quién es el secuestrador. Pero el caso se complica cuando ocurre otro giro inesperado.
Lo bueno es que la escritora introduce rápidamente a los personajes mediante capítulos cortos.
Me han faltado más detalles del asesino. Más interacciones de unos compañeros con otros. Un grupo de trabajo muy discernido. Cada uno sumido en sus pensamientos. Sin visión de conjunto.
Una buena recomendación |
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